viernes, 30 de diciembre de 2011

Somos Nosotros: Los viernes después del #19y20 - Texto Ana Abbate - PH: Chat Perché

El texto es de Ana. Las fotos corresponden al nuevo hogar que construyo Anita.





Ph: Chat Perché 
http://www.flickr.com/photos/chatperche/6522672313/in/photostream

¿Que fue para vos nuestro 2001? Así empezaba la pregunta. Hoy Elena (porque cuando yo la conocí se llamaba Elena sin la H silenciosa) volvió a preguntar. Lo primero que se me viene a la cabeza es el amor. Quizás a usted lector, le parezca una reverenda pelotudez que hable de amor, pero para mí tiene toda la lógica del mundo. Allá por el 2001 yo empezaba a escribir con Juani una historia de amor, 10 años después escribo sola el final.




La noche del 19 nos encontró a Elena y a mí, en su cuarto (nada extraño, por esos días era nuestra rutina). 

[Un tiempo después Elena me increpaba preguntándome cómo no me había dado cuenta de que esa rutina era de personas depresivas... No sé si nos consideraba, o considero hoy, personas depresivas; pero sí puedo afirmar que fue un año de hacer cosas nada productivas. Como sea, para mí también fue el año de las epifanías... (es extraño cómo llegan, en qué momentos, qué las disparan...) Ese año Villa-Villa de De La Guarda le dió un fuerte golpe a mi cerebro. Que, obvio, me sacudió entera, y quise salir al mundo. (Para ser justos, las epifanías se gestan de a poco, y puede que haya empezado cuando Elena me incripó -sí, es una marca de autor que tiene- acerca  de mi hogar). 2001, entonces: salir al mundo. Y así fue, gran historia de amor en puerta.]

Entonces, retomo, diciembre del 2001, miércoles 19, a la noche, Elena y yo en su cuarto. Viendo por televisión lo que estaba sucediendo en la calle... ¿Cúanto nos demoramos en decidir salir para ir hacia allá? Lo intentamos, pero el colectivo nunca pasó. ¿Así que qué? ¿Seguimos con la tele? No sé cómo en un momento logramos estar en Plaza de Mayo. Madrugada. Yo recuerdo registrar todo eso con la Nikkormat que me acompañaba los días... Registros de los restos. Algunas pocas personas, de a grupitos, incertidumbres, extrañezas, una locura... La plaza pasada por abajo de una marcha espontánea de gente... Papeles, tachos de basura, paquetes vacíos,cenizas, cadáveres de petardos, cansancio, era un panorama devastado...  Como digo, lo registré. Pero no recuerdo haber revelado ese/os rollo/s... 



Ese verano pidió ser documentado. Pero como ya dije, yo empezaba a escribir una historia de amor. Y a Elena y su marca de autor, no les parecía responsable, o deseable, cambiar lo primero por lo segundo. Y yo no estaba preparada para ser increpada en tremendo y hermoso momento de mi vida. Yo quería compartir mi felicidad. ¿Suena feo, no? Pero creo que era eso. Si hay algo que me define, es el amor (en más amplio sentido del término, el amor, aquel que se debate en los vínculos). Así que Elena y yo tuvimos alguna pelea, y empezamos de dejar de vernos... Fue ese verano que siguió a ese diciembre de 2001. 




10 años después, me encuentro cerrando una etapa que se abrió en el 2001, un pedazo gigante de mi vida que requiere tantos pensamientos, tanto tiempo dedicado... (Por eso es difícil para mí decir algo distinto de ésto cuando Elena me pregunta acerca del 2001.) Y así como cierro una etapa abro otra: la de los encuentros. La primavera le da paso al verano, y ya no estoy triste cuando llueve... Reaparecen en mi vida algunas personas que, por diversas causas, dejé de ver hace tiempo... Y también nuevas personas. 

Ahora, si me volvés a preguntar Elena, yo creo que el 2001 es el conjunto de las raices troncales de mi presente.



Y, para terminar, quiero contar que en la recosntrucción de mi nuevo hogar, encuentro un rollo de fotos sin revelar, con un papelito mínimo rodeándolo, donde se lee, entre otras cosas: "1er cacerolazo"... No sé a cuál me refiero, no recuerdo cuál es el 1ero, pero claramente, es un viaje al 2001. 10 años y unos días después (el próximo jueves para ser más precisos) podré volver a esas calles. Mientras, las calles de hoy nos encuentran a Elena y a mí, registrando imágenes digitales de este diciembre de 2011... 


martes, 20 de diciembre de 2011

Somos Nosotros: A diez años del #19y20 - Así sonaba el 2002 por Audiodélica

 Ole le / O la la / ¿Si este no es el pueblo el pueblo dónde está?





Imagen: Taller Popular de Serigrafía

Audiodélica es Franco Ingrasia el músico escondido detrás de la intervención. "Sonidos del Contrapoder" es un imaginario social hecho música: los cacerolazos, los gritos, los pasos de la gente, los gritos perdidos en el medio del caos que Audiodélica logra ordenar en una intrevención sonora que fue el hit del verano 2002.

sonidos del contrapoder by audiodelica

 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Somos Nosotros: A diez años del #19y20 - Texto Ramiro Giganti



Era un fin de año caótico, como suelen ser todos. No había un mango por ningún lado, y todo el mundo de quejaba de lo mal que estaba todo, como solía pasar siempre. Pero había algo distinto que se venía. Quizás lo novedoso era que esta vez, a diferencia de los fines de año anteriores (al menos los recientes, en la década de los 90) la mayoría de quienes que se quejaban (en especial la clase media) tenía razón: no se trataba de un grupo de menemistas llorones que querían ir a Miami a comprar electrodomésticos, pero que se cagaban en los bajos salarios de los docentes, en los pibes sin futuro, o en que el desempleo crecía. La protesta era colectiva. El “hijo de puta” de Cavallo, que 6 años y medio antes le había hecho ganar la reelección al innombrable, esta vez (¡y a buena hora!) era reconocido como tal por las mayorías, era lo que siempre fue: el enemigo del pueblo, un sujeto despreciable.  


                                                          Foto: Nicolás Pouthomis


Para los que nacimos durante la dictadura, o quienes llegaron todavía después, lo que se venía era totalmente desconocido, al menos en la experiencia, era la historia que leíamos, o veíamos en documentales, de movilizaciones se hablaba poco, las tomas de escuelas en los secundarios eran más ficticias que alguna buena película de David Lynch, o incluso que los efectos especiales de algún policial pedorro de Adrián Suar que batió record en recaudaciones en esos años.

Pensar en escuelas secundarias tomadas por sus estudiantes, o simplemente estar en la calle enfrentando los gases y volteando presidentes en plural era realmente difícil de creer posible para quienes fuimos adolescentes en los años 90. Esos que empezaron con una invasión a Irak casi sin movilizaciones (solo se sabe de una de apenas 2.000 jóvenes en Seattle, en enero del 91, probablemente no sea casualidad que esa ciudad nos haya dado pocos meses después algunas de las mejores bandas de rock de esos años y probablemente lo último que haya valido la pena escuchar, y esa misma ciudad haya cerrado la década con aquella batalla contra la OMC), que en Buenos Aires solo veíamos algunas lucecitas en la oscuridad que llegaban por CNN el único medio que “comunicaba” (o mejor dicho desinformaba) lo que supuestamente estaba pasando.  Ese país imperialista, además de masacrar a chicos en Medio Oriente (algo que hoy en día sigue haciendo) se preparaba para recibir a miles de Argentinos que con dólares baratos comprarían todo lo que ese a su alcance, y para no ser elitista, a quienes no viajen, el gobierno se encargaría de importarles todo. A cambio, muchos le retribuirían esa cortesía con el voto del 14 de mayo del 95, dos días después de mi cumpleaños número 18 y que sorpresivamente me encontró en los padrones para darme el gusto de “no votar” a ese sujeto: perdí como casi siempre… y si digo “casi” es justamente por aquel 19 de diciembre del 2001, y los meses siguientes.  Ese, posiblemente haya sido el único período en toda mi vida donde “no perdí”.




Quienes estuvimos no vimos todo, estuvimos en algún lugar, en alguna calle, mientras pasaban muchas cosas a la vez. Nuestros relatos de lo que fueron esos días van a estar impregnados de lo que vimos después, de lo que también pasaba en otros lugares, a veces en otra ciudad, a veces a una cuadra y media de donde estábamos entre los gases.

   Foto: Nicolás Pouthomis

El 19, era un típico día de diciembre, no recuerdo exactamente el clima así que no voy a decir “soleado” pero evidentemente no llovía y hacía calor. El estado de sitio motivado por la excusa de los saqueos, no ayudo, ni logró frenar los cacerolazos. Pero si algunas actividades militantes planeadas con mucho tiempo de anticipación, que obviamente se vieron excedidas por estos acontecimientos. Por ejemplo, en mi caso, había ido con unos compañeros a un escrache que H.I.J.O.S había convocado y venía preparando (como solía hacer los fines de año) a algún genocida impune. En este caso la cita era en Villa Urquiza para escrachar a Aramburu. Al llegar a la esquina, los militantes de H.I.J.O.S agradecieron a quienes fuimos y nos confirmaron que por el estado de sitio decidieron suspender la movida. El escrache se finalmente se haría el 20 o 21 de marzo del 2002 (no recuerdo el día exacto pero fueron pocos días antes del 24), y gracias al contexto militante contaría con una enorme cantidad de personas, que marchamos en un 2x1 escrachando a Aleman y Aramburu.

Pero volviendo al 19, como eso era en Villa Urquiza, improvisamos una reunión, cerca, por Belgrano. En las calles se escuchaban los cacerolazos en varias cuadras. Al llegar a la esquina de Cabildo y Juramento, la calle estaba cortada. Esa esquina enorme solo conocía algún corte de calle en los festejos cuando la selección ganaba en el mundial, pero, creo que nunca antes, y desde el 2003 nunca más tuvo cortes por algún reclamo político. La gente llegaba en cantidades y se veía que a 10 cuadras también había otro corte. Llegaban noticias de que en la plaza de Mayo había mucha gente y que la mano estaba jodida. En algún momento empezamos a marchar, sumando gente de esquinas que también estaban, hasta llegar a la quinta de Olivos. El ambiente era extraño, no era el más combativo, era zona norte, de hecho había varios fachos. Se reconocerlos, entre otros por el bigote y los lentes onda “poncharello”, también había medios recolectando alaridos para los noticieros. No me la podía perder, tenía que intervenir, no podía dejar que los fachos hablen y pidan cualquier cosa en un momento tan delicado, así que en una me mandé, y pedí al aire que se vayan todos: radicales, peronistas y MILICOS (lo pongo en mayúscula porque lo dije con fuerza) y me saltó uno de estos personajes de bigote y lentes a decirme algo como “ehh paráaa”, no recuerdo que dije pero en la respuesta varios se sumaron y el facho, en inferioridad numérica, se fue. Después más tranquilamente lo pensé y ahí me di cuenta de algo: por primera vez había ganado, y “de visitante”, en Zona norte (en realidad no de visitante, viví en zona norte mucho tiempo pero justamente perdía siempre contra la mayoría de fachos). Esta vez, yo no estaba en contra de todos, como solía pasar, estaba con todos.

 Foto: Nicolás Pouthomis


El 20, fue más jodido, más arriesgado, porque ahí si me fui para la plaza. La impuntualidad, puede que me haya salvado, porque llegue un poco más tarde que los conflictos, de hecho ese día no llegué a la plaza, de los golpes de la montada a las madres me enteré después. Entre idas y vueltas, entre los gases, que nos hacían retroceder, lo más cerca que estuve habrá sido a media cuadra. No siempre por Avenida de Mayo: doblábamos en alguna que cortaba y a los minutos intentábamos volver a avanzar. Recuerdo ver como enfrente le daban con todo al banco Comafi, también alguna que otra escena, pero que en días posteriores volvería a ver: la emotiva imagen de tipos de saco y corbata totalmente sacados tirándole piedras a los bancos. La bronca de ese momento, impregnada de adrenalina, y no voy a mentir: también un poco de cagazo, hoy se me presenta como un recuerdo romántico. Recuerdo que para el momento de la renuncia yo ya había salido de la zona jodida, y estaba llegando a la facultad (Marcelo T en Sociales), que igualmente estaba cerrada, por todo eso, supuestamente Tomaban finales de Sociología General y yo tenía que ir a que me firmen la libreta: la firma nunca llegó a la libreta. Después me encontré con compañeros, nos juntamos en la casa de un amigo, a ver que salía en televisión y comentar un poco esto.  En los medios se hablaba un poco de todo: de la renuncia, repitiendo la imagen del helicóptero hasta el cansancio, también un poco de los muertos, pero mucho  de los saqueos. En las calles la agenda era otra.

Somos Nosotros: A diez años del #19y20 - Archivo por Venteveo Video

"Después de los eventos del 19 y 20, nosotros, un grupo de jóvenes artistas y periodistas, comenzamos a trabajar para cambiar la realidad que habíamos estado grabando en video, para enfrentar la censura de los grandes medios. Nuestro objetivo es producir trabajos desde una visión crítica sobre la crisis social y económica que estamos viviendo" En sus propias palabras se definen los autores de "La Bisagra de la Historia" quizás el documental más significativo a la hora de hablar del 20 de diciembre del 2001. Son tres los directores que se encuentran detraás de este video de tan solo 22 minutos que comienza con uno de ellos preguntando "¿Y usted que opina de todo esto?" a lo que el involuntario entrevistado contesta "No, yo no opino estoy trabajando". Marcando un estilo que iba a hacer escuela el director decide contestarle "¿Y cuando trabajas no opinas? Que triste". Del semillero de escuelas como IDAC o ENERC iban a salir numerosos documentalistas que iban a nuclearse en diversos proyectos: desde Argentina Arde al Ojo Obrero pasando por el efímero Proyecto ENERC o el mismo Venteveo Video, todos y cada uno iban a intentar hacer su aporte documentando cada viernes de enero y febrero y consolidando después otros proyectos y otras miradas que se extenderían al campo popular y las fábricas recuperadas.


Inspirados fundamentalmente por la obra de Raymundo Gleyzer y la palabras de Walsh cada persona intento ser un corresponsal y ampliar la palabra escrita a la fotografía y el video utilizando como plataformas de difusión la entonces reciente Indymedia Argentina o la agencia AnRed.  como también las proyecciones en plazas, asambleas barriales o fábricas recuperadas como Brukman.

A diez años del Argentinazo "La Bisagra de la Historia" sigue siendo quizás el mejor de los documentales entonces producidos.  La secuencia de los caballos y la montada corriendo a los manifestantes en diagonal, el repiqueteo sordo de los cascos contra el pavimento y la imagen que continua con la policía abriendose paso entre el humo de los gases lacrimógenos y unos chicos con una cámara de video que decidieron llevar la toma hasta el final como si el lente documental pudiera protegerlos ese 20 de diciembre.

La voluntad entrañable de cada uno de los que decidió estar ahí sosteniendo la cámara para volver a editar a las 3 o 4 de la mañana o revelar rollos de película que ya no existe como la AGFA APX, que comprábamos por su alta fidelidad y su bajo precio, fue la que formó la conciencia crítica de una generación que decidió hacerse cargo de la historia que le tocaba vivir dejando como protagonistas a los hechos que iban a cambiar la historia de un país. 

Los personalismos que originaron quiebres o los caminos que fuimos tomando cada uno de nosotros 10 años después son la historia que nos corresponde revisar, las cuentas que en algún momento saldaremos y el diálogos que 10 años después continua abierto tanto en términos de amistad como políticos, culturales e históricos. De todas maneras seguimos siendo nosotros.



Somos Nosotros: A diez años del #19y20 - Archivo por Ignacio Smith

Pequeño homenaje a los aseinados en la jornadas del 19 y 20 de diciembre. Estas fotos pertenecen al archivo personal de Ignacio Smith, conocidos por todos como "El Rulo". Fueron sacadas con una Olympus que hoy ya no funciona. En ese primer verano del 2002 tener cámaras digitales de alta calidad era realmente muy difícil, lo es aún hoy, pero cada pequeña cámara cumplía su función que era la de documentar cada detalle que no nos permita olvidar.

Estas imágenes tienen  ya10 años y fueron publicadas originalmente en Indymedia Argentina.



Placa homenaje a Gaston Riva motoquero de Si.Me.Ca. asesinado cobardemente con un disparo en el tórax el 20 de diciembre del 2001.


Asesinado a los 27 años.


Alberto Márquez

Petete Almirón militante de la CORREPI y de la Cordinadora de desocupados 29 de Mayo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Gorilla Biscuits en Unione e Benevolenza: El renacer del orgullo hardcore.

Las cuatro barras de Black Flag, la oveja de Minor Threat, el Crimson Ghost de Misfits: tres de las representaciones gráficas mas cruciales del hardcore punk, que por si solas ya nos disparan al instante a canciones, discos, codigos y esteticas identificatorias para puñados de jóvenes dispersos por todo el mundo. Si tuviera que pensar en una cuarta, muy probablemente termine apareciendo en mi cabeza el mono creado para la tapa del primer 7” de los neoyorquinos Gorilla Biscuits, iconos absolutos del revival youthcrew de fines de los 80s, que consolido al hardcore como una alternativa underground de importancia hasta la actualidad.

Foto por No Metronomos

La vigencia de GB, que trasciende los alcances de la escena hardcore, y la capacidad de interpelar a diversos públicos se noto en la concurrencia que agotaron las 500 entradas disponibles para el único recital que dieron en el pais: hardcore, straight edge, punks, retirados de los recitales, crusties y skins convivieron unas horas sin otra expectativa que ver y corroborar la leyenda de los Biscuits en vivo, muy probablemente la banda mas carismática de su tiempo.

Con un retraso por problemas de sonidos, que nunca terminaron de ajustarse, y luego de los locales Mil Caras y Reconcile, la formación que grabo el único LP de la banda, Start Today, salio a escena y, previas trompetas introductorias disparadas de consola, arremetio con “New Direction”, aquel tema insignia que instaba a volver a poner en pie al viejo hardcore punk rápido y de mensajes directos y sin vueltas. Tratándose de una banda en las que todos sus temas son claros hits para mas de una generación, cada arranque de tema fue celebrado en mayor o menos medida, con coros cantados por todo el publico y un pogo/mosh que desafiaba la integridad física del lugar y del publico.




"New direction" / "Stand Still" en vivo en Buenos Aires, 17/11/11

Todo Start Today sonó en el set: leyendo letras como “Stand Still” (la abulia de la juventud; ayer por la TV, hoy, en mayor parte, por la internet), “Degradation” (El racismo sigue siendo un problema de hoy) o “Cats And Dogs” (presentada y dedicada a quienes se siguen identificando con el Straight Edge y/o viven una forma de vida vegetariana/vegana) uno puede entender porque siguen siendo importantes para gente q ni siquiera estaba en los planes de nadie, cuando estas canciones fueron editadas. Al mismo tiempo, Civ, vocalista y cara visible de la banda, daba muestras de su enorme carisma y de que sigue viviendo esto como el primer dia. Con “Start Today”, el publico invadiendo el escenario y el “Start!! Stop!!” final, se termino casi una hora de un set que jamás perdió intensidad, aun con el calor agobiante que emanaba del recintoEn un año dificil de olvidar para la escena hardcore local en cuanto a visitas internacionales (Youth Of Today, Strife, Unbroken), Gorilla Biscuits fue la frutilla de un postre que difícilmente termine de ser disfrutado por quienes pudimos estar ahí para contarlo.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Joe Lally en el Salon Pueyrredon: La Fuerza Suave.

Joe Lally (Maryland, 1963) es de baja estatura, de cabeza calva por el paso del tiempo y por eleccion, de mirada y andar apacible y modales gentiles, como su voz. Puede pasar desapercibido entre las muchedumbres; de hecho, hasta se podría haber camuflado entre la asistencia que convoco para su único show en Buenos Aires.

(Foto de Andres Martorelli)

Show que puntualmente comenzó con Lally subiendo al escenario junto a dos músicos italianos, Elisa Abela en guitarra y Fabio Chinca en batería. De entrada, y para quienes no teníamos mucha idea de sus discos solistas, dejo claro de que venia su propuesta: Canciones erigidas a partir de sus hipnóticas lineas de bajo, sobre las que se cruzaba una bateria económica pero que marcaba el tempo con precisa autoridad y una guitarra que en casi todo el recital quedo en un segundo plano, cubriendo los huecos, pero con criterio y al servicio del sonido final. La voz de Lally es suave y puede que también algo monocorde, pero, del mismo modo que el grupo que lo ha hecho conocido, encaja a la perfección en una suma final que es superior a la de sus componentes por separados y que en ningún momento dejo de interesar a las 150 personas que siguieron con una atención minuciosa al repaso por los tres discos solistas del bajista.
Al igual que su compañero en Fugazi Ian MacKaye, Lally no habla mucho pero en sus pocas apelaciones al público expreso un sincero agradecimiento por tocar en el país y celebró el mero acto de escuchar y reunirse por la música. Parecen palabras algo cargadas de un idealismo extémporaneo, pero el contexto actual de la música y la performance final del trio las dota de una potencia, de una fuerza suave pero indemne y que conmueve.

Joe Lally en Sao Paulo 3 días antes de su recital en Buenos Aires