lunes, 6 de junio de 2011

Slayer: Un Luna Park teñido de sangre

Sebastian volvió a ver al acto de metal más importante de la historia y sobrevivió al pit para contarlo.

Hubo mucha agitación el domingo pasado en el Luna Park: la comunidad metalera argentina se sintió convocada y con peregrina fidelidad respondió, llenando prácticamente la capacidad del recinto. Es que no habia artificios de poca monta la razón de la respuesta al llamado: uno de los pilares mas conspicuos de los nuestros volvía una vez mas a esta ciudad. Y otra vez no volvimos a ser los mismos.

Sin necesidad de grandes campañas publicitarias o promociones de auspiciantes altisonantes, Slayer no tuvo problema en responder con creces las siempre muy altas expectativas que su publico deposita en ellos: Se trata acaso de la última reserva moral que mantiene en alto la bandera del Metal más extremo; los que nunca transaron, nunca escucharon sus temas en el top40 de Radio Disney ni basaron sus recitales en gigantescos circos multimediáticos. La misión de Slayer fue siempre devolver los fundamentos de la música mas pesada al extremo de sus límites, sin clamar por piedad ni tomar prisioneros. Esto es thrash metal en su máxima expresión a cargo del mejor exponente.

Y asi fue como a las 21:00 puntuales, las luces se apagaron y todo se tiño de rojo sangre. La excusa era presentar “World Painted Blood”, décimo disco de la banda y enseguida suenan pegados el tema título y “Hate Worldwide”; no vuelven a tocar ningún tema nuevo hasta que sobre el final suena “Snuff”. En el medio, un recorrido por las distintas etapas de la historia de los californianos, empezando por el invencible “War Ensamble”. El público una vez más, asiste gustoso a una total aniquilación de su sistema sensorial-emocional. No importa que una de las columnas sempiternas del cuarteto, Jeff Hanneman, se haya bajado por lesión; en el banco entra Gary Holt (factotum de Exodus y uno de la mesa chica del genero que puede ponerse esos zapatos sin chistar) y notablemente nos dificulta extrañar al autor de “Angel Of Death”. El cuarteto se siente invencible: el tándem rítmico de Lombardo-Araya suena infernal y sin grietas y las violas de Holt y Kerry King no para de ametrallar riffs y solos con la velocidad de un Scud a Bagdad.



Es así que van sucediéndose los ineludibles clásicos de los 80s y algunos momentos inesperados de estas dos últimas décadas: Entre los primeros, “Dead Skin Mask” (presentada por un risueño Araya como “una canción de amor”), un “Chemical Warfare” que sonó más hijo de puta que la versión grabada hace 27 años (!), “Post Mortem”, “Seasons In The Abyss” del disco homónimo, del cual sonaron la mayor cantidad de temas y dos viejas joyas del prontuario del cuarteto: “Tha Antichrist” y “Ghosts Of War”. Entre los temas más recientes, “Dittohead” (acaso el tema mas Slayer de los últimos 20 años), “Bloodline” y “Discipline” (cuyo coro “God Hates Us All” sonó tan fuerte, que hasta Bergoglio lo pudo oír a unas cuadras de distancia), y un “Stain Of Mind”, sorpresivo para mí, que revisitaba aquel Diabolus In Musica, donde Slayer se permitió expandir sus recursos sonoros. El público respondía a cada mazazo con una intensidad que parecía competir con la entregada desde las tablas: la experiencia Slayer en vivo es una construcción entre banda y audiencia; es refrendar una vez mas ese pacto de fidelidad y devoción hacia estos cuatro casi cincuentones que acometen sus instrumentos con la energía de púberes con pelusa genital e imperiosa necesidad de volverse hombres.



Para el final, un menú de cuatro platos que terminaron de empachar a los cinco mil presentes: De entrada un “South Of Heaven”, que dejó todo listo para un “Black Magic” / “Raining Blood” / “Angel Of Death” que sonaron con la mayor maldad que se puede extraer de dos guitarras, bajo y bateria (jamas presencié en vivo un doble bombo tan inapelable como el que ejecutó Dave Lombardo en el intermedio del último tema.)

No hubo ni tiempo ni espacio (ni necesidad) para más. Hora y media bastó para que Slayer que descargue su blitzkrieg sin dejar sobrevivientes. Una vez mas, otra batalla ganada por el metal.

Slayer Setlist Estadio Luna Park, Buenos Aires, Argentina 2011, World Painted Blood

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