martes, 21 de diciembre de 2010

Impresiones viviendo en Tel Aviv I

Jorge Iacobsohn y la primer crónica sobre vivir en Isarel.



:: El clima ::


Goethe decía que "una serie de días soleados se torna terrible", por supuesto se refería metafóricamente a que una situación siempre positiva sería demasiado como para sostenerla afectivamente. Pero leyéndola sin metáfora, para un argentino pueblerino como yo acostumbrado a los días nublados con mate, facturas y lecturas y tertulias, se revela como muy real. Acá como contrapartida tenemos sol y no tenemos lluvia por mas de 300 días al año. El hummus y el shawarma son el sandwich de milanesa y los cafés y restorants reemplazan al mate. No se trata de ser nostálgico, sino de reflexionar la importancia que tiene el lugar propio aunque a veces, incluso demasiadas veces, se torna asfixiante.

:: El exilio ::



Imagino que todo desterrado pasa por un duelo, que algunos compensan con una adaptación gozosa del nuevo lugar y otros no terminan de cerrarlo.


Por un momento pensé "en la nueva era de las comunicaciones, y con la facilidad de viajar más seguido al lugar de origen, ¿es posible saldar esa brecha abrupta entre vivir como extranjero semiadaptado o como nuevo ciudadano sobreadaptado que adopta todas las nuevas costumbres deviniendo radicalmente otro?”


Pero no, el famoso tercer lugar de equilibrio a veces no existe, es una fantasía para evadir la realidad que sí funciona bruscamente, con alternativas de plomo.



:: El judaísmo ::



Antes de venir pensé "espero no equivocarme, pero creo que mi destierro no será tan radical, no me voy a China o a Japón, sin o a un pais que tiene algún lazo con mi herencia judía".


Y no me equivoqué, pero anda por ahí la cosa.


Quiero decir, a pesar de conocer algo del idioma, la historia del pais, además de la tradición y cultura judías, e incluso algunos comportamientos conocidos por su oscilación tragicómica, lo cierto es que mi apego por las tradiciones no es grande y aun me traiciona el sueño anarquista de un mundo sin fronteras. Recuerdo algo que me dijo Pablo Hupert "los israelíes son árabes yankis de habla hebrea"´ una definición que capta bien la superficie cultural , nada más lejos para un judío argentino que una combinación entre lo yanki, lo árabe y el judaísmo israelí.



:: El idioma ::

Lo árabe se revela en el acento hebreo de las mayorías -judías o no-, que son originarias de países de habla árabe. Su sonido es gutural y es muy marcado en las poblaciones no universitarias; algo así como si el vecino medio argentino hablase como un pibe chorro. En la gente más educada tiene otra gracia, pero es una pena que esta se reduzca a un sector social limitado.


A pesar de todo, todos sin distinción de clase sufren los efectos de la globalización mediática e internética, hablar enrevesado, abuso de muletillas. De los porteños "a full, a pleno, a ver, nada, bueno, etc" aqui tenemos los "kilu" (como si) afilu (incluso), lo nora (no es terrible), y algunos muy desagradables como "ma pitom?" (¿qué, de repente?) que se usa mucho como dedo acusatorio, al igual que "ma kara" (¿qué paso? o ¿qué te pasa?)


Con un amigo argentino logramos reírnos traduciendo estas expresiones a contexto argentino, como por ejemplo, el famoso aserto de Nestor -qepd- "¿Qué te pasa, Clarin, estas nervioso?" en israelí seria "Ma kará lejá, Clarin?" pero sin la picardía y la ironía rioplatenses, en cambio sí con la agresividad característica israelí.


Otro idioma que suena muy horrible a oídos rioplatenses es el ruso, para no hablar de su gente que tiene menos onda... salvando a algunos que son cultísimos y copados. Me suena increíble escribir estas palabras cuasi xenófobas, pero me doy cuenta de algo. Argentina es un país muy homogéneo u homogeneizado culturalmente, y el racismo argentino se caracteriza por ser más un racismo de clase y de rechazo generalizado al color negro. Estos dos tipos de racismo no faltan en Israel, y se suman a rechazos más fuertes: a otros idiomas y costumbres (que quizás ese efecto de extrañeza se haya empezado a sentir con los chinos en Buenos Aires, pero en Israel no hay chinos, hay millones de: filipinos, árabes, rusos, beduinos, judíos de Marruecos, del Cáucaso, de Etiopia, del Kurdistán, Irán, Irak, etc.)


Un mosaico de etnias tan grande que da la impresión de no vivir en un país, pero a lo mejor me equivoco yo, la homogeneización de la identidad en Argentina también se aplicó con mucha violencia. Quizás en términos históricos hayamos pasado de la violencia unificadora de los estados nacionales a la tolerancia de los guettos del estado tecnoadministrativo, usando las categorias de Lewkowicz. No sirve ni uno ni el otro, pero nuevamente, ¿hay terceras opciones, desde situaciones ya dadas?


Lo yanki se revela mucho en el funcionamiento aceitado del neoliberalismo estatal, y por la orientación dominante en la inversión en hi tech y finanzas, y en la marcada orientación positivista y funcionalista en las carreras universitarias (aunque debo reconocer que otro tanto también sucede en Europa, y los autores europeos que tanto me gustan no son precisamente los que dominan en las currículas). Lo que sí habla bien de este rasgo yanki es la marcada predisposición a la acción y a la eficiencia, algo que los latinos de Europa y Sudamerica deberíamos aprender (no copiar)

:: El liberalismo de Tel Aviv ::



Tel Aviv es una ciudad que muchos lugareños llaman "el país", por ser un país diferente dentro del mismo, dado que es la única ciudad que concentra rasgos de cosmopolitismo y vida liberal, como si viviendo en argentina hablásemos de Buenos Aires y no de Córdoba, Rosario, La Plata...


El resto de Israel es pueblerino, conservador y en algunos casos muy religioso, rasgos que conserva fuertemente la capital de país: Jerusalem. Jerusalem es como un gran Once porteño, casi que solo se ve población religiosa judía o árabes.


En tel aviv está "todo", el teatro, la cultura, la apertura mental, los empleos, la vida gay que es gran atractivo para el turismo americano y europeo. Es muy notable ver la gran cantidad de parejas gays paseando con sus hijos por las plazas y que nadie de vuelta la cabeza por ello.


Es también el centro de la población más universitaria y profesional, y del progresismo político, algo así como si en Buenos Aires la mayoría comprase Página 12, activase en algún movimiento y consumiese cultura. Esta población es denominada "faltzanim", que a falta de mejor traducción seria algo así como "pedorros", quizás un ligero equivalente a los "palermogolicos" porteños



:: La situación económica ::


En el centro del pais hay mucho trabajo, y con ese trabajo se puede vivir. Son en su gran mayoría trabajos no calificados. Otro punto que habla bien es la relativa facilidad para mudarse, dado que es posible dar cheques o pedir a un amigo que te firme su sueldo como garantía para alquilar.


Aquí se busca muchísimo , todo el tiempo, trabajos como cajeros, repositores, limpieza, cuidado de ancianos, delivery, mozos, vendedores, atención al publico, cuidado de niños y bebes. Quizá la gente rota mucho, las razones pueden ser varias, negativas o no, pero al menos siempre hay una última opción para laburar.
Hay mucho trabajo calificado, pero la dificultad aquí pasa más por la competencia.


Calificado o no, lo cierto es que la alienación es igual en el 98% de los trabajos. Muchas horas, o repetición rutinaria y mecánica de tareas. Es notable que Negri y Hardt con sus teorías del trabajo afectivo nunca tuvieron que cuidar un bebe o un anciano, limpiarles el traste, o laburar en limpieza. La liberación de la multitud no se encuentra ahí, al contrario.

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