martes, 28 de diciembre de 2010

El 2010 en discos - Parte I

Sin ningún tipo de orden ni escala numérica que mida nada: arbitrariamente, para mí, este 2010 se recordará por estos discos. Feliz 2011 para todos. Por Sebastián Dyjament



Killing Joke - Absolute Dissent



Swans - My Father Will Guide Me Up a Rope to the Sky

“I might be an adult, but I'm a minor at heart.” cantaba Ian Mac Kaye en aquellos días de la década del 80; esa defensa de la minoridad como encarnación de la vitalidad, de lo perenne, de la victoria sobre el paso del tiempo es la que me permite resumir lo que siento al escuchar una y mil veces las vueltas de Killing Joke y Swans. En el disco de los ingleses, encontramos las diferentes facetas del cuarteto, desde ese post punk con pulso bailable tan característico hasta sus flirteos con el dub, el synth pop o el industrial; en el de Swans, hay una mayor uniformidad, ladeándose para los momentos folks de la banda de Michael Gira, aunque con ese costado impredecible y dramático que el veterano guitarrista (esta vez, sin contar con Jarboe a su lado) le imprime a sus obras. Tanto en Absolute Dissent como en My father will guide me... hay más ideas, más frescura y más creatividad que cualquier grupo nacido en estos últimos 10 años: al fin y al cabo estamos hablando de dos de las más importantes bandas que han emergido en los 80s que están de regreso para poner las cosas de vuelta en su lugar.










Current 93 - Baalstorm, Sing Omega

Death In June - Peaceful Snow / Lounge corps

David Tibet y Douglas P., Douglas P. y David Tibet. Hace rato que sus carreras al frente de Current 93 y Death in June se paralelizan, se tocan y se vuelven a alejar. Pero siempre siguiendo sus propias normas y tiempo. En su último disco, Tibet no se aleja de los ambientes alucinados de su último LP Aleph at Hallucinatory Mountain, sólo que esta vez prescinde de la omnipresente guitarra eléctrica que dominaba gran parte de dicho álbum para centrarse en instrumentaciones más acústicas, principalmente pianos y cuerdas, y algunos drones que recrean los característicos climas apocalípticos tan propios de c93. Douglas P. en cambio, optó por un cambio y concibió un disco de piano (a cargo de Miro Snejdr) y voz (el mismo P). Nunca me declaré un ferviente seguidor de su obra pero Peaceful Snow incluye algunas de las mejores canciones que Douglas compuso en años (“Peaceful Snow”, “The Maverick Chamber”). De bonus, un cd extra, Lounge Corps, con versiones de algunos viejos temas de DI6 en piano/voz.








Micah P. Hinson - ... and the pioneer saboteurs

Manic Street Preachers - Postcards From a Young Man

Hoy en día, el arte de emocionar corazones con las canciones está restringido a pocos elegidos. Entre ellos, el (ya no tan) joven norteamericano Micah P. Hinson y los (suficientemente) veteranos galeses Manic Street Preachers. Para Micah P., “... and the pioneer saboteurs” significa arriesgarse en arreglos poco convencionales, exhuberantes y variados (cuerdas, percusiones, loops), asimilando dicha experimentación a las que intentaban The The y más precisamente Tom Waits en Bone Machine. Y es ahi donde Micah hace la diferencia con respecto al resto de sus colegas: suena clásico y moderno al mismo tiempo; bien firme y conservador en sus raices folk-country blues pero también con ganas de probar nuevas experiencias sonoras, para poder hacerse cargo de una voz propia. Parece mentira que apenas tenga 29 años.
Los Manics, mientras tanto, habían abierto una burbuja en el tiempo con su anterior disco (Journal For Plague Lovers, con letras del desaparecido Richey Edwards), entregando quizás el mejor disco desde Everything Must Go. Para su sucesor, concentraron sus esfuerzos en crear un disco mucho mas hitero y luminoso, mucho mas radiable y emparentado en sonido al citado Everything... Entonces tenemos en conclusión un muy digno decimosegundo disco, con canciones como “(It’s not war) Just The end Of Love”, “Don’t Be Evil” o “Some Kind Of Nothingness” que seguramente quedarán dentro del ya vasto repertorio de clásicos que todos conocemos.








Arcade Fire - The Suburbs

Liars - Sisterworld

Crear un sonido propio, un mundo personal con canciones y conceptos de discos se pone cada vez mas difícil para las bandas de esta época. Tanto Arcade Fire como Liars son dos de esas bandas; estamos refiriéndonos a dos de las agrupaciones mas relevantes de esta década.
Los canadienses editaron un álbum exhuberante (16 canciones, en el limite de la duración máxima de un cd), donde hacen gala de su riqueza compositiva, su variada paleta sonora y su innegable talento a la hora de abordar distintos tonos emocionales. Así por The Suburbs encontramos derivas de U2 (“City With No children”), el pub rock springsteeniano en “Month Of May” y hasta dance pop en “Sprawl II”. Dicha variedad de colores y estilos en lo más absoluto conspira contra la unidad conceptual del álbum, siendo esto precisamente su punto fuerte: The Suburbs es la consolidación de un proyecto ambicioso, que comenzó con el más importante álbum debut de la década y cuyo ultimo escalón (que por nada del mundo puede considerarse como el ultimo) es este disco en cuestión. El fuego sigue vivo.
Desde Drums Not Dead, Liars parece haber encontrado un sonido basado en fuertes marcas características: la fascinación por los ritmos mecánicos, cierto uso del drone que busca saturar a partir de la monotonía, aumentada por el canto monocorde de Angus Andrew y una intención de evitar el gancho inmediato a partir de estructuras poco convencionales y desconcertantes en las composiciones. Sisterworld es otro paso hacia esa dimensión desconocida que proponen los neoyorquinos, que en silencio y sin una gran presencia mediática se convirtieron en una referencia ineludible a la hora de hablar de rock independiente.








Trash Talk - Eyes And Nines
Ceremony - Rohnert Park
Punch - Push Pull



Es bueno que el hardcore rápido, con baterías imposibles de seguir y temas que raramente exceden los dos minutos vuelva a estar en el foco de atención. Si bien Weekend Nachos o Magrudergrind son referencias ineludibles a la hora de pensar en referentes de este nuevo hardcore veloz, este año el terreno de la música veloz estuvo transitado principalmente por estas Trash Talk, Ceremony y Punch.
Así como hace unos años los canadienses Fucked Up trascendieron el estrecho ámbito del hardcore punk para lograr una buena visibilidad en medios de otros géneros musicales mas masivos, este año le tocó a los californianos Trash Talk. Eyes And Nines, autoeditado por la banda, contiene 18 minutos de viejo hardcore punk (Poison Idea y Negative Approach o bandas mas oscuras como Bored Youth son las primeras que se me vienen a la cabeza) con bastante del powerviolence de bandas como Infest; el disco no da respiro y al parecer captura la esencia de lo que es TT en vivo: segun Pink Eyes de Fucked Up, en Trash Talk vio los pogos más violentos de su vida. Canciones como “Explode” (un hit hecho y derecho) “On a Fix” o “Hash Wednesday” (donde experimentan con tempos menos acelerados... -doom metal?) hicieron que Eyes And Nines signifique para estos muchachos el álbum con el que hayan ganado un merecido reconocimiento. Esperen mas de TT.
Rohnert Park de Ceremony. Escuché y leí opiniones diversas, desde que era lo mejor de 2010 hasta que era una verdadera basura. Una canción dividida en tres partes (“Into The Wayside”) en donde se permiten experimentar con spoken words o cintas pasadas al revés, un hitazo usado como adelanto del disco (“Sick”) más deudor de Black Flag que del powerviolence y una mayor influencia de bandas más clásicas como Germs o Circle Jerks pueden desalentar al que se copó con Violence, Violence. Pero Rohnert Park está plagado de grandes canciones: “Moving Principle” es el soundtrack para que Darby Crash salga de su tumba y se vuelva a retorcer en un escenario, “All The time” no desentonaría en el Damaged de Black Flag y para los nostálgicos del viejo Ceremony ahi estan “Back In 84” o “The Pathos”, con sus tempos acelerados y la inmediata urgencia latente. Rohnert Park es la prueba de una banda a la que no le importa cambiar y reconstruir su historia a partir de los viejos moldes y, encima, salir bien parado.
No hay mejor palabra para describir a Punch como el propio nombre de la banda. Es el KOT de Klitchko a Sam Peter, la patada de Krupoviesa al Rolfi Montenegro, el “Sigan Chupando” del Diego a los periodistas: Inapelable, contundente y extrañamente atractivo. En Push Pull, la banda perfecciona su mezcla de powerviolence con breakdowns bien colocados, dando como resultado canciones ensambladas de forma inteligente y particulares, sumado a la chillona voz de su vocalista Meghan que entrega mensajes sobre ateísmo (“Positively God Free”), empoderamiento femenino (“Let Me Forget”) y los vicios (“Realist”). Como dato extra, parte de la banda también toca en la muy recomendable banda screamo Loma Prieta.











108 - 18:61

Integrity - The Blackest Curse

Los 90s se hicieron más grandes en este año 2010. Si en la música mainstream las vueltas de Pavement o Soundgarden sumadas a las visitas de Pixies, Smashing Pumpkins y Rage Against The Machine agitó los vientos de la nostalgia por estos lares, también tenemos que mencionar dos lanzamientos de bandas hardcore noventeras como 108 e Integrity.
Personalmente 108 siempre me causó contradicciones: siendo una banda en la que no se puede separar música de religión, su obra siempre entró en conflicto con mi ateísmo recalcitrante. Una segunda escucha a sus discos, intentando separar el mensaje acerca de la conciencia de Krshna, me permitió encontrar sus virtudes en cuanto a lo estrictamente musical: la versatilidad de Vic Di Cara a la hora de riffear y crear esas disonancias tan particulares en su guitarra (intuyo que fue bastante influenciado por el trabajo de Greg Ginn en el Black Flag desde My War en adelante) y la emoción que le imprime Rob Fish a sus vocales. Sabrán disculpar los acérrimos fans de 108, pero para mi, 18:61 es el disco que más disfruté de ellos. Los riffs de “God Talk” y “Mannequins” y el manejo de los silencios y las dinámicas dentro de dichas canciones, el clima denso de “Forever is Destroyed”, el momento acústico de “Early Funeral” son los pasajes mas memorables de un disco sorpresivo, porque a casi 2 décadas de su formación, 108 sigue sacando música relevante. Incluso para los anti religión del hardcore.

Si alguien me pide un ejemplo de banda de culto, la primera que se me va a ocurrir es Integrity. Es que el hijo bastardo de Cleveland se volvio una extrañeza peculiar, incluso para el reducido ghetto hardcore. Dwid Hellion ha creado hace ya mas de 20 años un submundo de violencia, imaginería ocultista, referencias a Charles Manson y el apocalipsis, que no carece en lo más mínimo de coherencia y que inspiro y sigue inspirando a una legion de bandas y fans alrededor del globo. Seguidores y detractores de Integrity han esperado The Blackest Curse para ver qué traía de nuevo Dwid y los suyos y la verdad es que no defraudó: En The Blackest Curse encontramos los típicos riffs hardcore metaleros propios de la casa con los breakdowns mosheros puestos donde tienen que ir (“Process Of Illumination”), algun ramalazo thrashero (el homenaje a Slayer en el riff de "Simulacra”) y los temas donde aparecen las experimentaciones acústicas (la intro de “Before the World Was Young”) o con ambientes electrónicos (el breve “Take Hold Of Forever” que cierra el disco). Integrity sigue en forma, dispuesto a aterrorizar al mundo por muchos años más.







Negative Approach - Friend Of No One EP

Off! - First Four EPs

Arson Anthem - Insecurity Notoriety

Cuando hablábamos de Trash Talk, Ceremony o Punch y nombrábamos a sus fuentes, olvidé decir que algunas de ellas siguen estando activas. Tal es el caso de Negative Approach y Keith Morris (Black Flag / Circle Jerks).
Negative Approach, Detroit Hardcore Punk: sólo por su demo sin título y por Tied Down se han ganado su lugar en la historia del punk norteamericano, por la ferocidad de sus performances en vivo y por la mala leche destilada en sus letras. La edición de estos temas grabados en 1984, cuando la banda estaba empezando a separase por primera vez, y que fueron encontrados recientemente son un recordatorio de lo que eran esos días donde el hardcore era una verdadera música carente de la coolness presente en la actualidad, y del legado de estos angry young man del Mid West.
Cuando leí que Keith Morris habia armado Off! con gente de Red Kross y rocket From The Crypt, no esperaba otra cosa más que lo entregado en estos primeros 4 EPs. El título del disco, el arte del mismo a cargo de Raymond Pettibon y la misma presencia de Morris constituia todo un volver a aquellos días de Hermosa Beach y “Nervous Breakdown” como patada inicial de lo que vino después. Escuchen el comienzo de “Darkness” y díganme si no les hace recordar a esa primera pista del EP debut de la bandera negra; la deuda que esa primera camada de punks yanquis tuvieron con los Sex Pistols vuelve a hacerse carne en “Upside Down”, aunque con la consabida velocidad acelerada propia de los californianos; y temas como “Panic Attack” desde ya no hacen otra cosa que remitir a la banda clásica de Morris, Circle Jerks. Tal vez no le cambie a nadie que este disco aparezca; en lo personal, significó volver a conectar con lo más primario y la esencia de la música que más me gusta.
Como bonus, el disco de este año de Arson Anthem; se trata de una banda formada por el baterista Hank Williams III, nieto del homónimo legendario cantante country, Colin Yao en bajo, Mike IX Williams en vocales (también en los reyes del sonido NOLA Eyehategod) y un tal Phil Anselmo en guitarra (de más esta decir a que banda pertenecía). Arson Anthem se propone recuperar el sonido de los pioneros anteriormente citados en este apartado (Poison Idea también diría que es influencia para AA), sumado a otras influencias como el crust punk de Nausea (algunos tempos rápidos como en el caso de “More Than a War” me hacen acordar a los neoyorquinos) o Discharge (“Crippled Life”) y el primer black metal de Celtic Frost en los blastbeats sumado a la opacidad de la mezcla, sirviendo como aperitivo para esperar el nuevo disco de Eyehategod, supuestamente pautado para 2011.









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