viernes, 1 de abril de 2011

Jane´s Adicction en Buenos Aires: El rock no tiene competencia

Ni reseña, ni crítica. Vamos juntos a ver a Jane´s Addiction. Empieza Sebastían, sigue Helena.


1: Todos nosotros con Alas: la vigencia del rock alternativo de los ´90.






Ritual de Lo Habitual de Jane’s Addiction fue el primer cd que me compré. No tenía ni equipo para escucharlo (lo tuve algunos meses después), pero la ansiedad de poder tener ese Cd original fue más grande, responsabilidad de escuchar constantemente “Stop” y “Been Caught Stealing” por la radio (cuando la radio todavía era clave a la hora de formar un gusto por la música) y asimilar un estilo único, al que aún nadie le encontró una mejor definición que el rótulo de “rock alternativo” y que, hilando fino, deja escuchar gruesas porciones del Led Zeppelin más épico, funk, post punk y hedonismo californiano. Con la banda separada y sin mucha más actividad que un retorno tibio y algunas apariciones, Jane’s Addiction terminó para mí como un gran recuerdo de aquellos años de iniciación y excitación por descubrir.

Jane’s Addiction ayer completó un set de 80 minutos, donde repasó los picos más altos de su escasa pero vital discografia (“Three Days”, con un manejo magistral de los múltiples climas, a cargo de la banda por completo y “Mountain Song”, además de los hits antes mencionados, como los puntos mas álgidos), además de presentar un tema inédito de su futuro nuevo álbum, y donde se mostró en un estado en el que ni remotamente pensé que los iba a encontrar: Perry Farrell sigue teniendo esa voz reconocible, al borde de la afonía, y un manejo del escenario y de la comunicación con la audiencia a la altura de los grandes frontmen (Robert Plant, Freddy Mercury o David Lee Roth); sumado a esto, el manejo de efectos sobre su voz sampleada en vivo sumaba un matiz a la sólida base formada por el bajista Chris Chaney y el formidable Stephen Perkins y a, quizás, el ultimo gran guitar hero de poster que parió el rock norteamericano, Dave Navarro, quien más allá de sus intervenciones mediáticas, no se olvidó de cómo se trata una guitarra.

Con un público notoriamente compuesto por gente que fue adolescente cuando la banda disfrutaba las mieles del éxito, al mismo tiempo que se desintegraba por los excesos, y una puesta en escena que contenía elementos de un vaudeville exótico aunque sin llegar al barroquismo que podría conspirar contra la importancia de la música en sí, los californianos se pusieron los pantalones largos de su leyenda y todavía dan la talla.


2: Comprando discos en TEMAS con el jumper del colegio privado



Una vez me preguntaron cuales son las cinco bandas o solistas que nunca vinieron a Buenos Aires que me gustaría ver en vivo. Me alcanzaba sólo con tres: Bruce Springsteen, Manic Street Preachers y Jane´s Addiction. Con Springsteen y los Manics nunca perdí la fe, siguen activos, siguen sacando discos, siguen saliendo de gira. Pero Jane´s Addiction era el sueño imposible. Separados decenas de veces, con regresos que prometían pero no cumplían nada y un disco muy bueno, “Strays” que salió a la cancha con el excelente primer corte “Just Because”, pero que se diluyó lamentablemente en la nada. Una vez más la única banda heredera de las grandes formaciones de los ´70 nos sacaba el sueño de las manos. Otra vez no íbamos a cantar “Stop!” ni reírnos con la legendaria frase: Señoras y señores nosotros tenemos más influencia con sus hijos que tu tiene. Palabras extremadamente verdaderas para los que llegamos un poco tarde a los ´90 pero lo suficientemente temprano como para ser parte de una generación que a los 12 años ya estaba escuchando Nirvana y nutriéndose de la leyenda Cobain, persiguiendo entradas de los Ramones por la calle Florida o cayendo en un sueño hipnótico llamado “Mountaing Song”. A la fecha de la salida de “Nothing´s Shocking” yo tenía 7 años. Cuando me compré “Ritual de lo Habitual”, en la vieja cadena TEMAS que ternura, estaba estrenando los 14 años, me llevó mi papá en el auto, el mismo papá que me había regalado un cassette de Roxette. Si miro para atrás, para poder abordar mejor el presente no para añorar el pasado, no caben dudas que lo que imprime musicalmente en la adolescencia queda marcado para siempre. Si volvemos a los ´90 no es porque (sólo) creemos que en la pasada década no pasó nada relevante. Es por la simple razón de que algo tan taxativo como la formación musical no puede fingirse. Costumbres pseudo modernas de hoy que van desde definirse por las supuestas referencias que hay que tener a cometer errores abismales como convertir la música en ghettos interminables o lo que es peor la pretensión de estar informado y sobre informado todo el tiempo; no logran ni lograrán jamás destruir a estos 4 californianos que pisando los 50 años le cierran la boca a todos los que pensaban que estaban fuera de formación o fuera de su tiempo. Error, error grave y clisé de esta época que se desespera por la novedad y se olvida de la construcción de lo clásico.

Entre el público eran incontables las remeras de Nirvana, Ramones y hasta de... Dinosaurs JR! que circulaban con portadores felices, que no podían creer lo que estaba por pasar. El rock tiene algo de eso llamado felicidad que el indie mas cínico se llevó de la mano de quejas de trabajos en wall mart mal importadas a este país en donde el trabajador de wall mart escucha La Renga mientras que el que imprime esa “infelicidad” es el joven universitario que si sabe de música es por la palabra mágica rapidshare. Pero el rock es inclusivo, Pixies lo supo leer Pavement no y ambas elecciones son válidas, porque es la invitación a una fiesta que Jane´s Addiction sabe montar como pocas bandas, en una mezcla de cabaret, fantasía, elegancia y fiesta de cumpleaños programada para el adorable Perry Farrel que de rock sabe, y como sabe, impecable en su físico, cautivante en sus movimientos, dandy rock en botas de montar.

Sin tener ni 7 años ni tener tampoco 14 años y menos que menos transitando la adolescencia la lectura que puedo hacer hoy de lo que me o nos dejo la década de los ´90 es una herencia enorme de la cual quedan muchas, muchisimas cosas por rescatar, disfrutar y volver a leer, Babasónicos por citar un ejemplo local supo hacerlo en “Pasto” con Jane´s Addiction para después reformular sonidos más cercanos a Ween. Toda esa revisión también puede que sea vital para poder no solo escuchar, también soñar con hacer una banda de rock: guitarra, bajo, batería, líder carismático, lluvia de papeles plateados para el final y un modelo de canción a seguir como “Jane Says” que en solo dos acordes, sensiblemente ejectuados por esa locura llamada Dave Navarro, contiene toda la magia de los ´90 que en 10 años cultivaron todas las flores de amapola que necesitamos cortar hoy.

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